-Venga nena, vamos a recorrer la ciudad, como antes solíamos hacer, como si nada ni nadie nos importara, ¿no te acuerdas? Nada nos puede hacer daño, nada nos puede parar. Vamos a beber hasta perder el control, y tú, nena, acabaras en mi casa...
-Venga, ya, bajate de tu árbol...
-¿Qué? ¿No querías volar alto? ¿Ahora te rajas?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hacía mucho que no publicabas historias de Lola o Nicolás.. se las extrañaba (:
Saludos!
Perdón por la tardanza... y gracias por mencionarme en tu anterior entrada (espero que algún día podamos hablar ^^)
Sobre esta... estoy de acuerdo con Nicolás, a veces es necesario desconectar, comerte el mundo tanto y tan rápido como puedas ;)
Un beso!*
Publicar un comentario