domingo

Venga Sandra, mirate en el espejo, los labios rojos bien perfilados, mascara en las pestañas, coge tu bolso anda. ¿tú móvil? Nada, ninguna llamada perdida...
No te pongas tacones no, sabes que no aguantarías mas de tres horas con ellos, y hoy te apetece bailar, sonreir a los extraños, agitar tu pelo al compas de ese tipo de música que nunca en la vida te pondrías a escuchar en tu casa. Si algún estúpido baboso te pregunta tu nombre, hazte llamar Noelia, que siempre acaban cantandote la cancion de Noelia (a veces, los babosos tienen la misma mentalidad) Y si te sientes con ganas de jugar, pasate por una argentina o rusa o italiana, qué más dá, mañana no te acordarás de su nombre.


Pero recuerda, los principes azules nunca existieron, los te quieros, pocas personas los dicen de corazón. Y aprende a parar a tiempo. No te enganches, no te ates. Y dejate conocer por la gente que habla de lugares inimaginables mientras les brilla los ojos.
Y piensa, Sandra, joder, antes de actuar. Que ya no hay nadie que te limpie los platos rotos.

1 comentario:

P. dijo...

Esas noches son las mejores :)