viernes

No podía más. Lo había conseguido, Nicolás no le volvería a hablar.

Había sido tan cruel...

¿Por qué siempre nos damos cuenta de cuanto queremos a una persona cuando esta persona ya no puede quererte? Son esas paradojas de la vida, las que te hacen que el café sepa tan amargo y el chocolate, a veces, y no siempre, tan dulce.

Puta y asquerosa. Si es que se miraba en el espejo y no se veia asi misma.

¿Y que hacer en estos casos? No es la única solución, y puede que no sea la correcta, es más, puede que solamente empeore las cosas. Pero ¿qué más le daba a Lola sentir un poco más de dolor?

Corrió por la ciudad, lloró, rió con desconocidos, bebió hasta que su higado no pudo aguantar más y hasta que su garganta se quemara de tanto vomitar. Se creyo poderosa, todos la miraban, pero en verdad sentían lástima por ella. "Pobre desheredara" pensaban.

Y después de todo, de todas las horas recorriendo las calles de Madrid y yendo de brazo en brazo de completos desconocidos, al último lugar al que debería haber ido era el único al que ella quería ir realmente.

¿Que coño tenía la casa de Nicolás? Ah, si... puede que algo de calor para esa fría y cruel zorra.

1 comentario:

sirenasycipreses dijo...

algo de calor para esa fria y cruel zorra
grandioso