jueves

Juguemos

La veia bailar. Con sus pantalones negros pitillo, como una verdadera lady Madrid, que toda la peña conseguia poner de pie.
Tantas lágrimas por ella, por la zorra de Lola. Pero él estaba ahí. Como siempre. Observandola.
Sabía muy bien como era su juego.
Ahora ella le miraba, 5 segundos, ¡Zas! apartaba la mirada. Pero él no podía quitarla el ojo de encima. Y otra vez al principio, a su baile casi hipnótico entre tanta gente, con la música a todo volumen y los efectos del alcohol sobre los dos.

Él también sabía jugar a ese juego que le encanta jugar a Lola. ¿Quiere jugar? Pues juguemos se dijo Nico. Y es que él, aunque fuese demasiado bueno con Lola, era verdaderamente un perro.
Distinguió a Ana, cerca suyo. Y Nico pensó: Venga Lola, juguemos a ese juego de tú me miras y yo me acuesto con otra. Dejó de mirar a Lola, dejó de sentirse hipnótico y susurró un par de palabras a Ana mientras tiraba su cigarrillo al suelo.

Lola lo vio todo desde el centro de la pista.
¡Puto perro cabrón!

Los vio como entraban en el baño los dos juntos, mientras Nico le susurraba bonitas cosas a Ana.
¿Celosa Lola?



Y es que las malas cosas siempre se pegan.
O a caso Nico a descubierto algo que le guste más que Lola,
jugar con ella.

5 comentarios:

P. dijo...

dios... te amo mucho! :)

Gise Matera dijo...

Me ENCANTAN las historias de Lola y Nicolás :)
Saludos!

While dijo...

me ha encantado!! ^.^

ensalada Rusa dijo...

si, es duro, más cuando duele taanto contra el piso.

Odio ese juego, porque lo he jugado muchas, muuuuchas veces, y siempre salí perdiendo yo. Pero, me ha encantado tu notaa!

Diario de nuestros pensamientos dijo...

nunca me gusto los chicos que juegan asi como Nico