lunes

Y tú te mueres por saber lo que pasa por mi cabeza.
A veces, me da por pensar que mi cabeza está organizada en cajones. Si abres cajón por cajón, la cosa va bien y puedo ser coherente. Pero si empiezas a revolverme, salto, muerdo y hago cosas que ni yo misma sé. Tu lo llamas impulsividad. Yo no estoy tan de acuerdo con eso.
Este fin de semana ha sido raro pero inolvidable. Viene bien el silencio, aunque estés rodeada de gente. Viene bien las guitarras, las sonrisas y los abrazos. Y viene bien recordar quien eres. Nunca hay que olvidar el pasado, sino aprender a vivir con ello.
Aunque no te dije lo que se me pasó por la cabeza esa noche del sábado, porque no, porque es aceptar algo que los dos sabemos, pero que soy incapaz de ni siquiera mencionarlo.

Y al final conseguiste que no fuese coherente.

Solo te pido que cuando vengan mis monstruos, grítalos fuerte, porque yo no sé si tendré fuerzas.